Los cambios de peso de Lindsay Lohan fueron evidentes. Pasó
de ser una chica rellenita a estar delgada y luego esquelética. En total perdió
17 kilos de grasa y músculo, quedándose en los huesos y solo con una ligera
capa de tejido adiposo. Llamaba la atención la desaparición de sus enormes
pechos y el enfermizo color de su piel.
Hay quien dijo que su amistad con Nicole Richie (también
ex-gorda y luego una fashion skiny como otras estrellas de Hollywood) fue
decisiva para su cambio físico, y que fue su amiga quien pudo conducirla al
oscuro mundo de la anorexia y la bulimia. Además de compartir secretos y fama,
también habrían compartido consejos para vomitar y fomentar sus desarreglos
alimenticios.
Es evidente que Lindsay tuvo una imagen distorsionada de sí
misma. En la revista W, Lindsay admitió que incluso su doctor estaba
preocupado: "¿Eres anoréxica? ¿Te provocas el vómito? ¿Hay drogas
envueltas en todo esto?". Y Lindsay le dijo: "¿Me dice esto porque lo
ha leído en las revistas? ¡Porque yo no lo hago!".
Aún si Lindsay no llegó a ser diagnosticada de un trastorno
alimenticio, está claro que tuvo una imagen irreal de su cuerpo, como se
apreció en sus palabras en Teen Vogue: "Comparada con muchas actrices de
mi edad, tengo demasiado peso".
Lindsay Lohan protagonizó "Tú a Londres y yo a
California" de pequeña, donde se desdobló para dar vida a las dos niñitas.
Sin embargo, dejó de recibir ofertas para actuar hasta bien entrada su
adolescencia, a los 16 años, por su súbita subida de peso. En Mean Girls y
Freaky friday no se la veía tan delgada como ahora.