Es ley de vida cuando se tiene hijos que los padres mueran primero que ellos, se supone que aún deben conocer cosas de la vida y disfrutar hasta tener sus propios hijos y verlos crecer hasta el final de sus días.
Sin
embargo, por extrañas razones de la naturaleza a veces el reloj se detiene para
los más pequeños, causando una desolación y un dolor muy grande en sus padres.
Expertos han asumido que la muerte de niños se debe a que son seres que
vinieron a dejar una enseñanza de vida.
Pero,
a pesar que el título pudiera hacer referencia a una situación paranormal,
lamentamos informar que no es así, pero sí te diremos la historia de unos
padres que consiguieron algo maravilloso en el cuarto de su niña fallecida, los
dejó a todos muy conmovidos.
Palabras de Aliento y Amor
La
historia tiene como protagonista a Athena Orchard de Leicester, Inglaterra, una
hermosa niña muy feliz que le encantaba cuidar a sus 6 hermanas y 3 hermanos,
además disfrutaba del deporte, en especial el boxeo.
Antes
de la navidad, la chica de 12 años descubrió que tenía un bulto justo en la
cabeza, pero no le dio importancia hasta que un día sufrió un accidente en la
cocina al caerse, fue trasladada a la emergencia cuando los médicos dieron la
triste noticia de diagnosticarla con cáncer en los huesos.
La
noticia impactó a toda la familia, no obstante, la pequeña se sometió a una
dura operación de 7 horas para extirpar el tumor en la columna y a una fuerte
ronda de quimioterapia, también perdió todo su cabello y la fuerza, por lo que
no podía dejar de estar en la cama, a pesar que antes era muy inquieta.
La
madre recordó: “Nunca perdía el optimismo y siempre me decía que no llorase…
Sabíamos que el cáncer era muy agresivo…luchó tanto como pudo”; justo después
de cumplir los 13 años la pequeña perdió la batalla contra la enfermedad, murió
rodeada de toda su familia.
Luego de la muerte de Athena, el padre se puso a acomodar
todas sus cosas, justo cuando levantó el espejo de su cuarto encontró un
escrito con unas 3000 palabras con un mensaje para toda su familia; el padre
relató que comenzó a leerlo y tuvo que parar, pues las palabras eran muy duras
y sintió que le rompían el corazón, pues estaban llenas de sabiduría y consuelo
para cada uno de ellos.
"La felicidad depende de nosotros
mismos. Quizás de lo que se trate no sea de encontrar un final feliz, sino de
la historia que vivimos. El sentido de la vida es una vida que tenga sentido.
La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es muy pequeña. La
felicidad es un camino, no un destino. Da las gracias todos los días. Sé feliz,
sé libre, cree en algo. Sabéis lo que he hecho pero no por lo que tuve que
pasar. El amor es como el cristal: es precioso pero se rompe muy fácilmente.
Cada día es especial: saca lo mejor de él. Mañana podrías tener una enfermedad,
así que aprovecha al máximo cada día. La vida solo es mala cuando tú la haces
mala. Si alguien te quiere, no te dejará ir; sin importar lo difícil que sea la
situación. La vida está llena de subidas y bajadas; pero sin los malos
momentos, los buenos no significarían nada. Me gustaría ser esa niña que
convierte un mal día en bueno; aquella que dices que ha cambiado tu vida. Lucho
conmigo misma. Siento tu dolor. Duele, pero no importa; ya estoy acostumbrada.
No me juzgues por lo que dejo que veas de mí…¡no conoces la verdad! En el amor
no se trata de con quién te ves pasando el resto de tu vida, sino de aquella
persona sin la que no te la puedes imaginar. No hay motivos para llorar porque
sé que tú estás a mi lado"
Athena nunca dijo nada sobre ese mensaje para su familia,
sin embargo, el padre recuerda que era una niña que amaba escribir y era muy
profunda con sus escritos. La familia decidió quedarse con el espejo para poder
siempre leerlas y sentir que la niña aún está con ellos
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