Existen personas que marcan nuestras vidas y la de nuestros hijos; abuelos, tíos o primos tienen un lugar natural en la vida de tu pequeño, pero hay personas a las que simplemente escogemos para integrarlos a nuestra familia. En este post hablaremos de los padrinos y la importancia de esta figura en la vida de tu hijo
Como padres queremos siempre estar para nuestros hijos, queremos que nunca les falte nada. Nos preocupamos por su bienestar emocional.
Estamos atentos a qué y quiénes los rodean. Nuestro mayor deseo es que se relacionen con buenas personas a donde quiera que vayan, y allí radica la importancia de afianzar los lazos familiares.
Hay personas que aunque no son de nuestro círculo familiar, prácticamente llegan a serlo, y les otorgamos un rol tan especial como lleno de responsabilidad para con nuestros hijos, son figuras que deberían ser tan relevantes como una tía o el abuelo: un padrino.
Se trata de aquellas personas que tradicionalmente escogemos para bautizar a un niño. Los padrinos suelen ser dos, una pareja, que no necesariamente debe estar unida por un vínculo afectivo entre sí, pero que debería ser capaz de asistir a nuestros hijos tanto como cualquier otro miembro de la familia.
¿Cuál es el papel de un padrino en la vida de un niño?
Desde el punto de vista religioso, los padrinos tienen el rol de garantizar que su ahijado desarrolle su vida bajo los preceptos del cristianismo, es un compromiso que adquirieron a la hora del bautizo.
Su función en la vida de un niño es la de guiarlo por el sendero de la fe, según nos enseñaron nuestros antepasados y la Iglesia.
La verdad es que el ser el padrino de una criatura debe ir más allá. En la mayoría de los casos se eligen para ser casi segundos padres, un apoyo para tu pequeño, para el adolescente y el adulto en el que se convertirá.
Ser nombrado padrino es un elogio pero también es una responsabilidad inmensa.
Normalmente los padres eligen a los padrinos de sus hijos por amistad, por reciprocidad o incluso algún compromiso social, y en algunos casos estas son razones válidas pero llegado el momento debemos pensar si realmente los elegidos cumplen con lo que realmente deseamos para nuestros hijos.
Los padrinos deben ser personas en las que confiemos y estén prestos para aceptar la responsabilidad de ser parte de la vida de tu hijo durante toda su vida.
A veces, lo más idóneo es buscar ese padrino ideal dentro del mismo núcleo familiar o entre las amistades que sabemos que perduran con el paso del tiempo.
Características de los padrinos ideales
Cuando les pregunté a mis padres por qué habían escogido las personas que son mis padrinos y que hoy en mi adultez siguen pendientes de mí, me dijeron que en ellos vieron un hombre y una mujer de bien. Siendo así, estas son algunas de las características que deben reunir los padrinos ideales:
- Sin lugar a dudas, deben gustarle los niños. Es cierto que tu hijo no será chiquito toda la vida, pero la empatía, el reconocimiento y la conexión familiar comienzan a desarrollarse desde la infancia.
- Asegúrate de que sea una persona fiel. Si es una persona con la que has contado tanto en las buenas con en las malas, sabrás que tu hijo también tendrá la misma suerte.
- Para el momento del bautizo, la Iglesia exige que los padrinos reúnan algunas condiciones. Si vas a dar este paso, consulta cuáles son esos requisitos y asegúrate de que los futuros padrinos los cumplan.
- Objetivos y visiones en común. Aunque no es algo obligatorio o determinante, es importante que los padrinos de tu pequeño compartan contigo valores o intereses que le inculcarás a tu hijo.
Brindarle la oportunidad a tu pequeño de tener unos buenos padrinos le ayudará a valorar aún más a quienes le rodean, sabrá que has escogido a dos personas confiables en las que en tu ausencia o no, podrá apoyarse.