Durante la construcción de las 
pirámides, los egipcios lo masticaban por sus propiedades antibióticas y
 para incrementar sus defensas ante tanto trabajo. Su ingrediente clave 
es el allicin, liberado en cuanto se muerde, pero que se destruye al 
cocinarlo. Tal vez por esa razón, existe el refrán que dice: “Ajo cocido, ajo perdido”. Cómelo finamente picado y échale un poco de aceite de girasol y perejil para disimular el fuerte olor.
¿Por qué poner un ajo bajo la almohada?
Existen
 ciertas tradiciones sobre el uso del ajo que llevaron a cientos de 
personas alrededor del mundo a colocar dientes de ajo bajo las almohadas
 de sus hijos para que tengan sueños tranquilos o llevarlo en los 
bolsillos para atraer la buena suerte. Inclusive se tenía y aun se tiene
 la costumbre de frotar todas las ollas y sartenes con este vegetal para
 eliminar la negatividad de aquellos espíritus que podrían haber 
contaminado la comida.
 







 
 
 
 
 
 
 
