Lo que éste ginecólogo sacó de su vagina, no fue un tampón ni una compresa sanitaria, fue una bola de pelo. Ella no podía entender nada, luego de ver estos pelos, se dio cuenta que no era de su misma cabellera, sino de sus gatos.
Pero la incógnita era ¿Cómo llegó esa bola al cuerpo de Michelle? La respuesta es tan sencilla como extraña, ya que ella no sólo comparte su cama con su novio, sino también con sus gatos, que cada día van dejando pelos en las sábanas. Fue mediante las relaciones con su novio que se introdujo dentro de la vagina.
Los gatos son muy dulces, pero con mucho pelo.
Hay que mantener a los gatos fuera de la cama, esto se aplica también para los perros claro.
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